Guía rápida del lenguaje de la ciencia y la medicina
personas no familiarizadas con la terminología científica y médica pueden verse abrumadas por ella. La longitud y la aparente complejidad de muchos términos suelen asustar a quienes no cuentan con una formación o práctica con la terminología científica. Aunque se requiere un cierto conocimiento de algunas porciones básicas de palabras y una serie de reglas para emplearlas, la terminología científica no es tan difícil como parece. Este apéndice ofrece todo lo que se necesita para empezar.
- La mayoría de los términos provienen del latín y el griego. Muchos términos científicos derivan de los idiomas latín y griego. Esto se debe a que muchos de los anatomistas, fisiólogos y médicos que descubrieron los principios básicos de la biolo- gía moderna empleaban estos idiomas, de modo que podían comunicarse entre sí sin tener que aprender docenas de lenguas. Por tanto, el latín y el griego se han convertido en los idiomas «universales de la terminología científica, no sólo en lo refiere a las numerosas palabras empleadas y que derivan de es- tos idiomas clásicos, sino también en lo referente a sus reglas que se de empleo, de las que las más útiles se ofrecen después en esta sección.
- Los términos se forman mediante la combinación de partes de palabras. Es esencial contar con un conjunto de normas de empleo del latín y el griego para comprender la terminología cien- tífica. Ambos idiomas se basan en la capacidad de combinar par- tes de palabras para crear otras nuevas. Por tanto, casi todos los términos científicos se construyen mediante la combinación de elementos más pequeños de palabras para construir un término con significado. Debido a esta técnica de combinación, muchos términos científicos parecen largos y complejos a primera vista. Sin embargo, si se leen como una serie componentes en lugar de como una palabra única, se encontrarán menos complica- dos.
- En algunos idiomas, cuando se utilizan las formas latinas o griegas de ciertos términos en plural, debe prestarse atención a las reglas que existen para la formación de dicho plural:
- La ortografía correcta es fundamental. La ortografía correcta de los términos científicos es esencial para su significado. Esto es especialmente cierto para los términos que son muy similares en cuanto a ortografía, pero cuyo significado es muy diferente. Por ejemplo, la región del tronco que rodea los genitales y el ano se denomina periné, mientras que el peritoneo es una membrana que reviste la cavidad abdominal y que tapiza los órganos del ab- domen. Incluso el error en una sola letra puede cambiar el significado de una palabra, como sucede en ilion (uno de los huesos de la pelvis) efleon (porción del intestino delgado).
- Hay que tener cuidado con la terminología alternativa. Como. se explica en el capítulo 1, existe una lista internacional de términos anatómicos denominada en latín Terminología Anatómica. También se están desarrollando otras listas internacionales. Aunque estas listas son útiles, suele existir una terminología alternativa. Por ejemplo, las propias listas estándar suelen ofrecer las formas alternativas del mismo término.
- La terminología nueva debe practicarse. Como ya se sabe, la práctica proporciona la perfección. Debe practicarse el uso de los términos científicos recogidos en este o en otro libro hasta encontrarse cómodo con la terminología científica. No supone in gasto excesivo de tiempo y es probable que resulte divertido.
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